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Durante la construcción de una línea de metro en la capital austriaca, se descubrió un insólito molde para hornear que data del siglo XVII. El hallazgo llama la atención porque representa la figura de un gato.
El moho se encontró no sólo en el suelo, sino en el sótano de una antigua casa con la que se toparon los tuneleros. La estructura existió probablemente en este lugar hace unos cuatro siglos.
El molde es de arcilla. El gato está muy bien acurrucado con la cola en la pata trasera.
Dados los beneficios que los gatos han aportado a la gente desde la antigüedad, esta elección del diseño para el molde probablemente no fuera sólo un capricho del artesano, sino también una especie de homenaje.