Las ventas de vino en Francia experimentan un importante descenso, lo que provoca la acumulación de excedentes. Ante esta situación, el Ministerio de Agricultura francés y la UE destinan 200 millones de euros a un programa de apoyo a los viticultores.
Una de las medidas consiste en destilar los excedentes de vino para producir etanol que pueda utilizarse en diversos procesos industriales, incluida la producción de perfumes y geles a base de alcohol y agua. El proyecto forma parte de una estrategia global para sostener la industria vitivinícola, que atraviesa serias dificultades debido a la disminución de la demanda de vino por parte de los consumidores en el país, así como a la competencia internacional y al fuerte descenso de las ventas en la RPC.
También se prevé un plan de compensación para los viticultores que se vean obligados a talar sus viñedos. Casi un millar de estos viticultores de la región de Burdeos ya han aceptado destruir 9200 hectáreas de viñedo, lo que equivale aproximadamente al 8% de la superficie total de viñedos de la zona.