La comunidad científica está dividida sobre cuándo se produjo exactamente la erupción del volcán Taupo de Nueva Zelanda, considerada la mayor de los últimos 5.000 años. Sin embargo, unos fragmentos de vidrio hallados en el hielo antártico podrían zanjar esta cuestión para siempre.
Se señala que la datación por radiocarbono de la vegetación, que murió como consecuencia del cataclismo, indicó que la erupción se produjo en 232 dC, pero varios expertos cuestionaron esta evaluación, diciendo que la evidencia podría estar corrompido, y el cataclismo en sí ocurrió tanto como dos siglos más tarde.
Investigadores de la Universidad de Wellington afirman en una publicación en Scientific Reports que durante la búsqueda de las consecuencias de la erupción de Taupo, en la Antártida Occidental, se perforaron núcleos de hielo a 279 metros de profundidad, y sonrieron de suerte.