La publicación añadió que una tomografía computarizada, a su vez, demostró que la rotura se produjo entre la tercera y la cuarta vértebras cervicales. En el hombre también se acumuló aire en el espacio interpulmonar.
Los especialistas llegaron a la conclusión de que la rotura se produjo por la rápida acumulación de presión en la tráquea debido a que tenía la nariz tapada y la boca cerrada al estornudar. Sin embargo, el hombre ni siquiera necesitó intervención quirúrgica y sólo estuvo en observación dos días antes de recibir el alta, medicación y la recomendación de evitar la actividad física durante quince días. Cinco semanas después, la víctima se sometió a una tomografía computarizada, que mostró que la laceración había cicatrizado por completo.